Vivienda colaborativa, covivienda, cohousing, vivienda comunitaria… Son muchos los nombres que se usan para un concepto sencillo y cargado de potencial. Hoy hablamos de un modelo alternativo de vivienda que lleva décadas funcionando en el norte de Europa y Estados Unidos, y que ahora cobra fuerza en España.

Cómo funciona la vivienda colaborativa

El cohousing es un modelo de habitabilidad basado en la economía colaborativa, en el cual un grupo de personas decide convivir en un conjunto residencial conforme a sus valores y sus necesidades. Por lo general, estas comunidades se conforman bajo una fórmula cooperativa y las/-os residentes ocupan viviendas independientes (para una o varias personas), al tiempo que acceden a espacios y servicios comunes.
Esta solución es compatible con diversos tipos de comunidad y, de hecho, existen grupos de cohousing para familias, parejas jóvenes, singles, etc. Sin embargo, el modelo resulta especialmente atractivo para mayores de 65 años, que  consiguen mantener su independencia y calidad de vida a un coste razonable.

Por qué triunfa

El modelo de covivienda presenta muchas ventajas que explican por qué se está popularizando con tanta rapidez.

– Es sencillo

La idea es simple y muy lógica: personas que se encuentran en una situación similar se agrupan para convivir en un entorno hecho a su medida.

– Es sostenible

En general, los modelos de covivienda promueven la optimización de recursos espaciales, materiales y energéticos, lo cual no solo repercute en un evidente ahorro de costes, sino que también tiene un impacto medioambiental claro.

– Es flexible

La esencia del cohousing consiste en crear un modelo adaptado a las necesidades, valores, intereses e ideales de la comunidad. Por eso, los hay de todo tipo: urbanos o rurales; en edificios nuevos o rehabilitados; con viviendas unifamiliares, adosadas o en bloque; con espacios comunes agrupados o diseminados.
Lo importante es construir un modelo a la medida de las personas, que facilite la convivencia y la cooperación.

– Es humano

Frente al modelo tradicional de urbanismo individualista e impersonal, la clave en una solución de covivienda son las personas y la convivencia entre ellas, compartiendo desde actividades básicas relacionadas con la gestión de la comunidad o la limpieza hasta otras como la cocina, las actividades de ocio e incluso el cuidado de niños y
mayores.
Así, las personas adquieren un papel activo, responsable y dinamizador, que hace realidad las aspiraciones del grupo y de sus miembros.

– Es social

Uno de los motivos por los que este modelo se está extendiendo en nuestra sociedad actual y especialmente entre las/-os mayores es que combate el individualismo, el aislamiento y, en definitiva, la soledad. La convivencia real (no solo en el mismo espacio, sino compartiendo actividades y objetivos) es un componente esencial para mantener la calidad de vida y la salud, mucho más en edades avanzadas.

– Es económico

La gestión común para un grupo más o menos numeroso de personas permite economizar recursos, compartir gastos y acceder a servicios que, de otro modo, muchas personas no podrían permitirse. Algunos ejemplos pueden ser la limpieza, el cuidado de los niños, clases y actividades formativas y de ocio, o el cuidado y atención médica a personas mayores o dependientes.

– Es privado

Lo habitual es que las viviendas sean propiedad de los socios y que la comunidad se autogestione. Sin embargo, muchas de ellas reciben apoyo público en forma de subvenciones, financiación o apoyo técnico, lo cual facilita su viabilidad.

– Funciona

Aunque el término cohousing no ha empezado a sonar con fuerza en España hasta hace unos años, este tipo de soluciones llevan años desarrollándose en el norte de Europa y en Estados Unidos.
En España ya existen varias iniciativas privadas y además las cooperativas de vivienda para mayores están empezando a suscitar el interés de las administraciones públicas.

Si los alquileres impagables, las hipotecas infinitas y la vida solitaria no son lo vuestro, no dejéis de investigar opciones de cohousing. Las posibilidades son interminables y la tendencia, sin duda al alza.