La menstruación es el resultado de una función biológica en el cuerpo de la mujer. A pesar de ser un proceso natural, el ser humano tiende a evitar hablar del tema debido a estigmas sociales, e incluso tiende a utilizar un sinfín de expresiones con tal de eludir decir la palabra “regla”.

En la última década, la sociedad ha hecho un esfuerzo por hablar de la regla abiertamente y percibirla como un proceso biológico de la mujer, pero aún quedan muchos pasos por dar para alcanzar su normalización plena.

El 45% de las mujeres españolas, de entre 18 y 25 años, considera que existen tabúes en torno a la regla, según el “Estudio sobre Salud Íntima” realizado por la compañía Intimina. Estos datos incrementan hasta un 65% en mujeres mayores a 25 años. 

Tabúes que rodean a la menstruación

La sangre está muy presente en los medios de comunicación y videojuegos, para representar acciones violentas, y la gente habla sobre ella sin problema alguno. En cambio, cuando de la sangre del proceso menstrual se trata, sucede lo contrario pues tiende a generar vergüenza o incomodidades. A continuación, presentamos algunas de las acciones sociales vinculadas a los  tabúes que este tema tiene asociados:

  • Ridiculizar el concepto.
  • Asociar la regla a algo vergonzoso.
  • Creer que la regla implica suciedad.
  • Considerar que la sangre es algo grimoso.
  • Pensar que tener la regla implica inestabilidad emocional en la mujer.
  • Vincular la menstruación a connotaciones y dichos negativos.
  • Introducirla en chistes que la estigmatizan y ridiculizan.
  • Evitar llamarla por su nombre y emplear términos más ambiguos.
  • No tratar el tema en familia. Pensar que es mejor prolongar la charla hasta que a las niñas les venga la regla o no explicarles qué es a los niños.
  • Infravalorar a las mujeres durante la regla, alegando que pierden capacidad intelectual.
  • Regla como sinónimo de debilidad en la mujer.

¿Qué mitos rodean a la regla?

Las mentiras, sobre el sangrado menstrual, que han escuchado toda mujer a lo largo de su vida son numerosas. La sociedad les da, a estas ideas confusas, una veracidad que no le corresponde y la población las transmite de generación en generación sin comprobar su certeza. Entre dichos mitos alucinantes sobre el ciclo están:

  • “No te duches, la regla se cortará”: Todo lo contrario, la higiene debe estar muy presente durante el período menstrual ya que con los cambios hormonales, el cuerpo tiende a transpirar más.
  •   “No te bañes en la piscina o en el mar, la regla se irá”: Este otro mito se desmonta de la misma manera que el anterior y, además, el agua salada y el cloro no perjudican al ciclo ovárico.
  •  “No riegues las plantas porque pueden marchitarse” o “no cojas frutos del árbol porque se va a secar”: No tienen fundamento científico alguno.
  •   “No se pueden mantener relaciones sexuales”: Tú eres la/el dueñx de tu intimidad y vida sexual, y nadie mejor que tú conoce y sabe qué necesita tu cuerpo.
  •  “No debes hacer mayonesa porque se corta” o “no debes preparar masas porque no suben”: Son otras de las afirmaciones carentes de pruebas y aprobación científica.
  •  “No debes hacer deporte porque puede modificar el flujo menstrual”: Durante la regla, se producen desajustes hormonales que pueden provocar agotamiento físico y falta de energía, pero ocurre de forma distinta en cada cuerpo. Dichos cambios no impiden llevar una vida completamente normal ni hacer deporte, cada mujer conoce su cuerpo y sabe hasta dónde puede llegar.
  •   “Es un río de sangre”:  La menstruación no provoca una hemorragia caudalosa, la verdad es que las mujeres pierden una media de 30 a 50 mililitros de sangre al mes.

 

En Kibutz, educamos hacia un cambio social. Abrimos espacios cómodos donde poder hablar sobre todo lo que engloba la femineidad y el ciclo menstrual de una forma natural y armoniosa. Estos espacios son abiertos a mujeres, hombres,  adolescentes, familias y niñas y niños a partir de 8 años. Naturalizar los ciclos femeninos es esencial y básico para avanzar como sociedad.